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Los probióticos y prebióticos son fundamentales para mantener una flora intestinal equilibrada. Los probióticos son bacterias beneficiosas que se pueden encontrar en alimentos fermentados, mientras que los prebióticos son fibras que alimentan a estas bacterias. Incorporar ambos en nuestra dieta puede mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico, ayudando a prevenir trastornos intestinales y promoviendo una mejor salud general.

Diversos factores pueden alterar la flora intestinal, incluyendo la dieta, el estrés y el uso de medicamentos. Una alimentación rica en grasas y azúcares puede perjudicar a las bacterias beneficiosas, mientras que una dieta alta en fibra las favorece. Además, el estrés puede causar cambios en la microbiota, aumentando el riesgo de enfermedades gastrointestinales. Conocer estos factores es esencial para mantener una microbiota saludable.

La flora intestinal, compuesta por billones de bacterias, juega un papel crucial en nuestra salud. Estas bacterias no solo ayudan en la digestión, sino que también producen vitaminas esenciales y fortalecen el sistema inmunológico. Un equilibrio adecuado en esta microbiota es vital; su desequilibrio puede contribuir a problemas digestivos y enfermedades autoinmunes. Cuidar nuestra flora intestinal es fundamental para mantener un bienestar óptimo.